¿Reconocés las siguientes escenas? 
Una pareja va por la ruta tranquilamente, cuando una mujer atractiva 
pasa frente a ellos, surge el despelote porque el joven se dejó llevar 
por la belleza de la mujer y se dio vuelta para seguirla con la mirada. 
Otra pareja está en un bar, divirtiéndose con amigos, cuando de repente 
ocurre que uno de los componentes del grupo le tira onda a uno de los 
componentes de la pareja. Si la noche no termina en una pelea al menos 
termina con uno de los dos malhumorado por el resto de la noche. 
Observás la foto de una mujer (u hombre) bonita y resolvés hacer un 
elogio. En poco tiempo recibirás una respuesta nada agradable de alguien
 que se presenta de la siguiente forma: "Ella ya tiene dueño". Todo el 
mundo ya pasó por eso: se llaman celos.
Lo que da en llamarse "condimento de la relación" en la mayoría de las 
relaciones monógamas es un tabú para las relaciones poliamorosas. Las 
personas deben pensar que somos maestros en no tener celos ya que 
aceptamos que nuestras parejas liguen con otras personas, ¿cierto? 
Errado. Incluso para nosotros eso es complicado. Pero no queriendo 
colocar el carro por delante de los bueyes, vamos a parafrasear a Jack 
el Destripador, e ir por partes. 
Primero, ¿qué son los celos? Antes de todo, debemos intentar entender 
cuál es la razón por la que acontecen, después de todo, no se vence una 
guerra sin conocer al enemigo. Muchos van a odiar lo que voy a decir 
aquí, principalmente si fueran celosos, pero los celos no son nada más 
que un síntoma de inseguridad. ¿Por qué se tiene celos? Viene del miedo 
de perder a la pareja, viene del miedo de ser rechazado, viene del 
sentimiento de posesividad que tenemos sobre la pareja, de creer que nos
 pertenece y nosotros a ella. ¿Pero de dónde vienen esos sentimientos? 
¿Cómo bloquear algo tan natural?
Estoy a favor de la visión de que los sentimientos no vienen solos, se 
originan de pensamientos y creencias. Un cambio de comportamientos sólo 
puede ser efectivizada por el cambio de pensamiento, en caso contrario 
no es una mudanza concreta. Para empezar, que tener celos no es natural.
 Es un comportamiento construido socialmente y aceptado por tantas 
generaciones que ya venimos al mundo en una sociedad celosa, sin muchos 
ejemplos en contrario, y así crecemos creyendo en su naturalidad y 
necesidad. Hace milenios atrás, antes de la era cristiana, la poligamia 
era natural. Estoy lejos de querer criticar al cristianismo por eso, 
pero la iglesia contribuyó mucho para imponer una forma de pensar 
considerando pecado todo aquello que antes era natural para la Grecia 
Antigua, considerada depravada. No debemos olvidar que el factor 
histórico es muy importante para entender cómo vivimos hoy. Ahora, 
siendo el casamiento monógamo algo elevado, la poligamia fue rebajada a 
pura depravación y con eso todo lo que pudiese indicar gusto por más de 
uno es indicación de no-amor. Mantener un ideal de amor 
romántico-monógamo, único por toda la vida, fue lo que generó los 
sentimientos de posesividad e inseguridad con el miedo a la pérdida de 
una pareja que, en teoría, sólo puede "tener" una persona.
Pero no es necesario que sea así. Una de las grandes mentiras que ya nos
 enseñaron en la vida es de que el amor de verdad es único. El amor de 
verdad es múltiple. Es por eso que tenés la capacidad de amar a tantas 
personas. Es por eso que amás a tus parientes, a tus amigos, a tus 
animales de estima y cosas más abstractas como tu vida, tu felicidad y 
tu libertad. El amor es un sentimiento sin límites o fronteras. El amor 
divino no tiene límites. La limitación es nuestra. Y antes que digan que
 el amor divino, familiar y fraterno no se comparan con lo que estoy 
hablando aquí, ahora, pido que razonen un poco. No hablo aquí nada más 
del amor conyugal, que es amor como cualquier otro. ¿Por qué no lo 
sería? ¿Por incluir el sexo? Este es un tabú más, implantado por la 
Iglesia Católica. El sexo es considerado tan impuro, que hasta hoy, se 
da valor a la mujer que se casa virgen o a los jóvenes que mueren 
vírgenes. El sexo y el amor pueden existir por separado, pero también 
pueden existir juntos. La cantidad de personas a las que vos amás no 
determina con cuántas tenés sexo, ni la cantidad de personas con las que
 tenés sexo determina a cuántas amás o si amás a alguna. Las personas 
siempre critican diciendo que si admitís a otras personas, no existe el 
amor de verdad. ¿Por qué? ¿Acaso el amor verdadero es egoísta? 
Dejame decir algo importante: No vas a perder a tu compañero/a si le das
 libertad de compromiso, al contrario, eso te dará paz y seguridad. ¿Por
 qué? Porque vos no te vas a preocupar más de las traiciones porque no 
van a existir más: cuando se tiene libertad de tener a otras personas y 
no está prohibido, el "gusto" por la traición disminuye. La persona no 
lo piensa más como una alternativa de escape porque no se siente presa; 
no piensa más en una forma de venganza, porque no tiene de qué vengarse.
 Naturalmente, la persona acaba por volverse hacia el diálogo, ¿y cuánto
 mejor sería si fuésemos francos y verdaderamente amigos y confidentes 
de nuestras parejas? Sentarse y decir "mira, me está gustando una chica 
muy interesante, que me gustaría que conozcas, creo que te va a gustar".
 No existe amenaza en eso porque no hay sustituciones, sólo 
incorporaciones. No existe más el miedo de la pérdida: porque 
simplemente no existe más necesidad de la sustitución. Si una relación 
se termina, no es porque apareció una nueva persona con quien él o ella 
gustaría de relacionarse, es porque ella realmente no quiere 
relacionarse más contigo. Un término de relación es más tranquilo que 
una sustitución.
Recientemente leí un testimonio de una practicante del poliamor que dijo
 algo interesante: al principio de su relación, ella le dio total 
libertad a su novio de envolverse con otras mujeres que le llegasen a 
interesar, dijo que no se sentiría atacada u ofendida, lo aceptaría. Al 
principio, como todo lo que es prohibido, al ser liberado causa interés,
 él se puso a coquetear con otras mujeres en presencia de ella para ver 
si le provocaba celos. Al notar que no surtía efecto, se tranquilizó, 
pasando a tratar el asunto con más seriedad y empezó a relajarse. Otro 
narra su forma de ver las cosas: para él se trata de una cuestión de 
estar feliz con la felicidad del otro, lo que llamamos compersión.
Compersión es la palabra española para el término en inglés compersion,
 que significa ausencia de celos, o estar feliz con la felicidad del 
otro. Voy un paso más allá: no se trata de ser feliz sólo con la 
felicidad del otro, sino con su libertad, con su pasión, con su amor. Es
 ser feliz de que su pareja es amada verdaderamente por otras personas, 
que está tan bien cuidada por otras personas como por vos. Es ver el 
amor y el cariño que él/ella siente por otros/as compañeros/as y verlo 
con buenos ojos en vez de con malos: nunca estás afuera, formás parte de
 la familia. 
¿Es difícil? Tal vez, muchos desconfían hasta de su propia sombra. Pero 
la verdad es que ¿cuántos de nosotros aún amamos a nuestros "exs"? ¿Con 
cuántos gustaríamos de volver si pudiésemos tener libertad de ligar con 
ellos? ¿A cuántos no hubiésemos dejado al encontrar nuevas personas? 
Amor sin barreras, ¿no es eso lo que el mundo está necesitando? Y no 
estoy hablando aquí de swings, orgías, intercambio generalizado, 
búsqueda desenfrenada de parejas, o de ser "cornudo consciente". Hablo 
de amor, no de sexo. Amor, no subordinación a los instintos de deseo. No
 se trata de ser libre para mirar a quien se quiera y actuar como se 
quiera. El poliamor por encima de todo exige respeto. Se trata, 
básicamente, de estar feliz por que la persona que amás sea libre para 
amar, sea libre para relacionarse con cariño y compromiso a otras 
personas tan interesantes como ella o vos. Eso existe. Tú mismo ya 
amaste a varios en la vida, la diferencia es que no lo hiciste al mismo 
tiempo y tener uno nuevo exigió tener que dejar a uno antiguo. En el 
poliamor eso no se hace necesario. Reconocemos que somos seres únicos, 
especiales, y podemos apasionarnos y amar a tantos como entren en 
nuestros corazones.
¿Podemos vivir la vida entera con uno sólo y aún así amar plenamente y 
permitir libertad? Sí, podemos. El poliamor no se trata de tener varias 
parejas a cualquier costo, sino de reconocer el derecho y la 
posibilidad. No te vuelve menos especial, aún así sos único. No se trata
 de "insatisfacción", sino de más libertad de amar y deseo de 
incremento, no busca uno completarse. Comenzá a pensar así y vas a ver 
que desaparecen los celos. Tal vez la frase más sabia que escuché alguna
 vez en la vida sea:
"A las cosas que me gustan las dejo libres: si vuelven es porque las conquisté, si no vuelven es porque nunca las tuve".
 La persona que es libre no desea huir. Conquistá a las personas, no te 
aferres, y las tendrás contigo en cuanto haya amor y respeto.
Artículo original. /republicado desde amor abierto
q mi hija me lea ésto y poder dar nuestra opinión me parece maravilloso
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