Ilustración: Señora Milton para Minerva Magazine |
Si el día medio de trabajo, incluyendo
la preparación y la transportación, es de diez
horas, y si las necesidades biológicas de dormir y alimentarse
requieren otras diez horas, el tiempo libre será de cuatro
horas en cada veinticuatro durante la mayor parte de la
vida del individuo. Este tiempo libre estará potencialmente
disponible para el placer.
la preparación y la transportación, es de diez
horas, y si las necesidades biológicas de dormir y alimentarse
requieren otras diez horas, el tiempo libre será de cuatro
horas en cada veinticuatro durante la mayor parte de la
vida del individuo. Este tiempo libre estará potencialmente
disponible para el placer.
Herbert Marcuse, Eros y Civilización.
¿Cuántas horas le dedicas al amor? No a
imaginarlo, soñarlo o consumirlo en forma de película o novela, sino a
vivirlo. ¿Cuánto tiempo hace que no pasas horas haciendo el amor con tu
pareja de hace años, como al principio?, ¿cuánto tiempo tienes para
conocer gente nueva y encontrar a alguien que te gusta mucho?, ¿cuánto
tiempo dispones para tener un romance de esos que te descolocan la vida y
te destrozan los horarios?
Tenemos poco. Hay poco tiempo para el amor.
Para conocerse, para enamorarse, para profundizar, para decepcionarse,
para dejarse, para recuperarse, para volverse a enamorar.
Nuestras obligaciones diarias son extenuantes, y al
final del día nos derrumbamos en el sofá para leer, ver tele o navegar
por las redes. El cansancio no da para ponerse a dar brincos en la cama
con nuestro compañero o compañera