A nivel teórico y
discursivo estamos haciendo grandes rupturas sobre el modelo de amor
romántico monógamo y lo tenemos muy claro; a nivel emocional, son muchos
siglos de patriarcado los que tenemos encima. El poliamor también
genera mitos, finales felices, procesos enriquecedores, experiencias
fascinantes, decepciones y frustraciones variadas.
Señora Milton
La poliamoría feminista es una nueva utopía colectiva para las que
soñamos con un mundo igualitario, feminista y diverso. En este mundo
ideal, las mujeres no estaríamos divididas en dos grupos: las buenas
(fieles y sumisas sin deseo sexual), y las malas (ninfómanas, promiscuas
y libres). Todas tendríamos derecho a tener las relaciones que
quisiéramos sin sentirnos culpables, sin rendir cuentas a nadie, sin que
se desate el escándalo social, sin que nos insulten, nos discriminen,
nos castiguen o nos maten por ello.
Además, tendríamos mucho más tiempo para amar, para disfrutar de la
vida y los afectos, para investigar y construir relaciones diversas, con
o sin sexo, con o sin romanticismo. En el mundo poliamoroso feminista
ideal no nos avergonzaríamos de nuestros cuerpos, no existiría el pecado
ni la culpa, y podríamos disfrutar de nuestra sexualidad y nuestros
multiorgasmos sin ningún tipo de traumas ni complejos.
Construiríamos una especie de ética amorosa para evitar las guerras
románticas y las luchas de poder, y aprenderíamos a juntarnos y
separarnos con cariño. En este código el objetivo general sería cuidar a
los demás y cuidarse a una misma, aprender a resolver los conflictos
sin violencia, evitar el sufrimiento innecesario, y aprender a disfrutar
del amor y de la vida.