Tengo la impresión de que, después de
la burbuja inmobiliaria, el poliamor está siendo la próxima burbuja, y
que ahora está en pleno crecimiento. Lo malo de toda burbuja es que
preveo de aquí a unos años todo un colectivo desencantado con el
“engaño” del poliamor y que abogan bien o por la pareja monógama a
ultranza o por la soltería eterna. Lo que sea con tal de volver a lo de
siempre antes que entender dónde está el cambio.
El poliamor* (y tantas otras cosas que nos ofertan) se está viendo como una promesa de libertad, felicidad, placer, satisfacción personal. ¿Queréis que os dé una noticia? Os va a defraudar. Como las dietas o el gimnasio, se cree que el poliamor, o la última moda espiritual que quieran vender van a ser la solución definitiva. “¿Aerobic? ¡Qué antigua eres, hija, yo hago aeroboxing!”. Y lo que era aeroboxing, luego es spinning, luego Pilates, luego Crossfit, creyendo que alguno de esos sistemas tiene la solución. Lo mismo se hace con la dieta de la lechuga y el pescado cocido, que luego pasó a ser la dieta de la alcachofa, del limón, del arcoiris, la disociada, la Dukan o en la vertiente sana, la baja en carbohidratos, la de la zona o la dieta proteinada.
El poliamor* (y tantas otras cosas que nos ofertan) se está viendo como una promesa de libertad, felicidad, placer, satisfacción personal. ¿Queréis que os dé una noticia? Os va a defraudar. Como las dietas o el gimnasio, se cree que el poliamor, o la última moda espiritual que quieran vender van a ser la solución definitiva. “¿Aerobic? ¡Qué antigua eres, hija, yo hago aeroboxing!”. Y lo que era aeroboxing, luego es spinning, luego Pilates, luego Crossfit, creyendo que alguno de esos sistemas tiene la solución. Lo mismo se hace con la dieta de la lechuga y el pescado cocido, que luego pasó a ser la dieta de la alcachofa, del limón, del arcoiris, la disociada, la Dukan o en la vertiente sana, la baja en carbohidratos, la de la zona o la dieta proteinada.