Recientemente se ha reeditado, corregido y ampliado, el folleto "Contra este amor" compuesto por 24 reflexivas páginas sobre el susodicho tema.
En el mundo de la estupidez, los que finalmente sí logren ser locos quizás alcancen a ser bastante más cuerdos que los demás; en el planeta de los alienados, quienes luchen por ser ellos mismos puede que sean los únicos que disfruten el caminar sin grilletes; en el infierno de los sentimientos seguramente el diablo sea el más sentimental. En un lugar tan deshumanizado, en un sitio tan irracional y denigrante, nos atrevemos a publicar este libreto…
Seguramente, en esta moribunda sociedad del consumo, el amor sea el mejor Policía, el mayor vigilante de un sistema que desea mentes dúctiles, inmóviles, quietas, adormecidas y engañadamente satisfechas ante lo que contemplan, o mejor dicho, lo que tienen ante sus ojos y no llegan a ver. La posesión, el reclamar algo como propio, el tener algo que perder, son las más duras cadenas, la aduana prohibida al paso, el infranqueable muro a superar en ese largo camino por la libertad. Hoy las cadenas, los muros y los carabineros han sido despojados de sus típicas vestimentas antiestéticas, no interesa ofrecer claramente la represión y el látigo como tal, hay que disfrazarlos para que travestidos continúen campando a sus anchas. Miles de divertidos payasos somos, controlándonos entre nosotros sutilmente, creando futuros borregos consumidores, y demandantes también de un producto llamado amor, amor para el consumo.
Los editores de este libreto, no tenemos la solución perfecta, tampoco deseamos ser profetas de un nuevo mundo, ni poseer la verdad absoluta. No, esto no es una imposición de ideas, pero sí una declaración de intenciones. El cambio reside en el interior de cada uno. Seguiremos adelante porque nos aburre tanta autoridad e hipocresía, peleamos contra este orden de valores. Nos declaramos solitarios Quijotes, luchadores en la locura y por la libertad. Entre todos, aprenderemos algo.
Por eso, porque nos duele muchísimo ver a nuestros coetáneos enfermos sin saberlo, por eso que llaman amor, sutilmente expuesto a través de novios, esposos y "folleteos" diversos; es triste ver como buenos compañeros acaban totalmente atados por encontrar una compañía que los transforma en esclavos, prostitutas de una sociedad enferma y una pareja que los llama suyo. El amor, como todo en la vida, debe ser revolucionario. Todavía no se ha logrado entender este bello concepto, la idea de un sentimiento de unos hombres y mujeres que juntos hagan por cambiar las cosas, por transformar esta nefasta sociedad, ser libres empezando por el ejemplo personal, por lo cotidiano de sus actos. Puede que aunque todas las noches lo soñemos, aunque no tengamos otro pensamiento al cabo del día, aunque hagamos lo posible e imposible, no podamos cambiar el mundo pero al menos intentemos que él no nos cambie a nosotros.
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