diumenge, 6 de febrer del 2011

Ya se lo creía del todo, H.R.Herzen

 
—Y si no sabes por donde empezar, ¿por qué empiezas?
—Porque no se me ocurre nada mejor.
—Ah, bueno...

Y tantas veces pensó que aquella mujer era un ser venido de otro planeta que ya se lo creía del todo. Le parecía raro que se extrañara ante tanta pobreza y miseria en las calles. No entendía cómo la gente comía cosas que no le alimentaban y le dañaban el estómago. Se asustaba de la violencia en las calles, en las casas, en el mundo, en el cielo, por la noche y al despertar.

Y a veces se ponía a caminar con las manos para intentar ver el mundo como a ella le gustaba: del revés. Porque la gente que decía amarse era quien más daño se hacía. Porque a la guerra le llamaban paz y a la enfermedad, salud. Porque tantas personas que se hacían llamar adultas dejaban que otras que todavía están formando su conciencia vieran en la televisión y videojuegos a gente pegarse, dispararse, gritar, hacer daño, organizar guerras, pero luego arman un escándalo si ven a una persona desnuda en la playa (ya no hablemos de cualquier otro lugar público).

Nos tapamos los ojos ante el placer, la alegría y el amor de las otras personas con otras personas; pero agredimos de frente y voluntariamente en nombre del amor. Llamamos amor a los celos, pero realmente tenemos celos del amor. La principal necesidad del ser humano es la sensación de seguridad pero para ello nos llevamos por delante la libertad.

Seguimos insistiendo.

Homenaje a la película "El planeta libre" (La belle verte, en francés) que puedes descargar en este enlace: http://www.megaupload.com/?d=NA3NR6BA

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