dissabte, 1 d’agost del 2009

La duda es el camino, H.R.Herzen




¿Y qué pensabas? Tú eres quien eres porque en otras vidas fuiste bruja, puta, lesbiana, loca, rebelde o insumisa, o incluso todas a la vez, y aunque ninguna, todas loca. Fuiste, como eres hoy, la minoría de la minoría de la minoría, la de los brazos en alto y la mirada de frente, la transgresión de la moral y el pensamiento único, el cuestionamiento del puesto, el supuesto y el presupuesto, la brecha en la costumbre y la doctrina, la mirada desde atrás y desde abajo, el tropiezo con el imperio y los castillos, la huella en el camino y el dejar rastro, hereje al fin y al cabo, hereje gracias a Dios y a sus feligreses. Yo prefiero morir en la hoguera inquisitorial que ser la Inquisición y me parece más digno ser ajusticiado por ser diferente que ser la voz chismosa, el brazo ejecutor y el perro faldero del poder y la norma. Hace unas cuentas vidas que sé que en un mundo cruel e injusto, nuestro lugar es la condena y el presidio, el encierro y el destierro, el alejamiento y el rechazo. Nacemos sabiendo eso y para eso nos preparamos y cuando lo sabemos, vamos con todo a por todo. O así debería ser.

Y así, prefiero ser escéptico que un fervoroso creyente, prefiero mirar de reojo antes que mirar al vacío, prefiero tropezar antes que quedarme quieto. En el mar de las dudas navego plácidamente y buceo cuando quiero. Abrir los ojos no es fácil y luego escuecen demasiado, la realidad es así, pero a pesar de la sal y lo borroso del fondo es preferible a nadar a ciegas. Es mejor saber que ignorar, y la duda es el camino. Si el camino es eterno, la duda va más allá.

A mi me pasa que no entiendo qué hice mal. En serio, algo hice mal y algún día lo descubriré. Quizá en otra vida, quizá me equivoqué de tiempo o de lugar o no atiné al nacer. Yo tenía que haber nacido mujer y probablemente negra o china, lo sé, algo hice mal, alguien me castigó. Quizá lo he sido siempre y me tocaba cambiar para ver la vida desde otras perspectivas. No sé qué hago en un mundo rodeado de hombres blancos de clase media cuando mi naturaleza es la rebeldía frente a la opresión, una rebeldía desde lo más pisoteado, desde la mugre y el escupitajo. Si no es desde esa condición, será desde la igualdad eterna y la libertad total, uniéndome a las locas de este mundo en la batalla del amor al amor. Quizá me toca buscar a esas locas, y sé que las voy encontrando. Irremediablemente me junto y me enamoro de las más locas del lugar. Y la palabra maravillosa es esa, sin miedos, sin lugar a dudas: el amor. Aunque sea una palabra que alberga un concepto, un sentimiento, una relación y una dinámica de vida que a veces parece imposible de alcanzar. Será que para eso sirve la utopía, para caminar.

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