diumenge, 24 de març del 2013
Zuloak. Rock y feminismo; Sàgar Malé & Maite Marín
Yo elijo cómo vestirme, como expresarme y cómo cantar MI música.
“Las vaskas no le ponemos a España… Y menos mal. Me encanta que en el imaginario español las vaskas carezcamos de atractivo sexual. No quiero gustarle a ese país macho. Las mujeres decididas, activas, combativas y con voz propia incumplimos los cánones de belleza femenina.” (Itziar Ziga, “Sexual Herria”)
DOCUFICCIÓN Y ROCK VASCO FEMENINO
Zuloak es un proyecto descarado, contradictorio, en bruto, con carácter fuerte y principios, y tan intenso que crea adicción. Su objetivo es visibilizar la presencia femenina en el rock vasco. La aparición de un proyecto feminista en un mundo tan masculinizado como el rock es una bocanada de aire fresco.
En principio es un documental de ficción que recrea la historia imaginaria de un grupo punk formado exclusivamente por mujeres llamado Zuloak (Agujeros en euskera). Ha sido dirigido por el músico y realizador de documentales Fermín Muguruza, guionado junto con Eider Rodríguez. El grupo de rock que protagoniza el film es creado ex profeso para el film, es, por decirlo de una manera, un producto de ficción. El proceso consistió en la búsqueda por los diferentes espacios de la escena musical vasca, en conciertos, bajo consejo de otros músicos o incluso mirando vídeos en youtube, hasta que al final se pudo acceder a cada una de las actuales componentes
Eider nos cuenta que el guión “tuvo tres partes diferenciadas: por un lado se construyó la parte de las entrevistas a las seis cantantes, por otro lado se construyó la parte dialogada de las componentes de Zuloak y por último se realizaron las canciones, construyéndose digamos en ensamblaje de ambas partes, el guión.”
Así, el documental se llena de realidad y a lo largo del film van apareciendo 6 entrevistas con cantantes vascas que no son producto de la ficción y ostentan un significativo lugar en la escena rockera vasca: del carisma de Aiora Rentería (Zea Mays), al desgarro de Zaloa (Kokein), a la potencia de Anari, a la soprendente Inés Osinaga (Gose) entre otras.
Pero Zuloak es mucho más que un film y el grupo de ficción acaba tomando fuerza real. Cuando el proyecto se va promocionando a través de conciertos, el grupo de rock creado por casting acaba siendo tan real, tan energético y tan carnal que acaba devorando los grupos reales del documental. Incluso se acaba olvidando que todo era una “docuficción”. Esto podría ser una debilidad en un proyecto pensado para ser una ficción con fecha de caducidad (desaparecerá en el 2013 en el Festival Cine de San Sebastián), pero acaba siendo su grandeza.
“Para seleccionar las mujeres de Zuloak – nos cuenta Fermín -quería que fueran músicas, no actrices. Un músico cuando está en el escenario es músico, no actor. Buscábamos gente joven y que no tuviera vergüenza. En el País Vasco aún existe esta losa religiosa que tenemos que soportar, y queríamos algo fresco cercano a la descaradez de las Riot Girrls.”
FEMINIDAD, MACHISMO Y SEXUALIDAD
“Me gustaría contarte una cosa que me impactó bastante- nos cuenta Eider-. Recuerdo que una de las componentes del grupo, cuando la conocí, era algo retraída y tímida. Tuvo serios problemas para subirse al escenario y empezar a ensayar delante del equipo, y una parte de su cuerpo la tenía acomplejada (creo que los brazos) y no le dejaba moverse. Esa tía se fue empoderando día a día, se fue haciendo cargo de su cuerpo, se fue gustando, y no sé si olvidándose de su cuerpo o acordándose de él pero dio un giro increíble, le cambió la actitud, y sin embargo su cuerpo seguía siendo el mismo.”
Lo más identificativo de Zuloak es su modelo de feminidad que rompe moldes. Es una feminidad que se aleja del machismo que abunda en el mundo del rock. Pero es también una feminidad de mujeres que se reivindican sexuales, y que reclaman que pueden evidenciarlo sin ser mujeres objeto. Mujeres que eligen su propia imagen, que deciden sobre su cuerpo, que deciden sobre su sexualidad.
“Hay una reivindicación de la mujer de su cuerpo como un territorio de placer- comenta Fermín- . Yo mando sobre mi cuerpo. Esa es una idea clave que Zuloak trasmite en directo. Yo cuando vi a Tania de Sousa (cantante) en directo en su grupo The Dispositives me impactó mucho. Se tiraba por el suelo etc. es un huracán, muy alta y grande y cuando se baja al público y, hay unos tipos muy rockeros y cuando ven a este tornado se asustan. Ainhoa Unzueta (guitarrista), en cambio, tiene mucha fuerza cuando quiere pero también tiene la contención necesaria.“ Aquí es justo añadir que Ainhoa es un tornado sonoro esencial para la fuerza bruta del grupo, un sonido tan intenso como salvaje. Ursula Strong (baterìa) es más hierática y firme, hasta que descubrimos su sonrisa que ilumina el escenario. Es quizás por esa imagen que dan Zuloak de mujeres sexuales pero no objeto que cuando se bajan del escenario al público dan miedo.
La guionista Eider comenta sin pelos en la lengua “Los hombres, por lo general, por cultura, por educación, tienen relaciones de camaradería con otros hombres y es así como se perpetúa el sistema, ¿no? Cuando la mujeres entran en un mundo que es mayoritariamente masculino, normalmente lo hacen, o bien porque esos hombres les han dado el permiso, y entonces entran en forma de carne, de objeto, de cosa manipulable y dirigible, o bien porque han tenido la habilidad, la desfachatez, la astucia, la insolencia y la mala educación de colarse entre ellos.”
EN LOS LÍMITES DEL FEMINISMO
Esa es la feminidad que reclamaban sus antecesoras vascas directas, Las Vulpes, el grupo femenino de punk que escandalizó en panorama de los años 80 con una declaración bien clara, “Quiero ser una zorra”. Esta declaración no era solo una provocación, sino que es una autoafirmación. En la Eukal Herria actual esto conecta con la escritora Itziar Ziga quien en “Devenir Perra” nos regala afirmaciones como “me interesa la confluencia entre puesta en escena hiperfeminina putón y posicionamiento antipatriarcal, porque es la tierra de nadie que yo habito.”
Tania de Sousa no se corta un pelo incluso en criticar los límites del propio feminismo: “quizá sea una percepción personal, pero considero que muchas veces las reivindicaciones feministas que se plantean y el concepto que se quiere reflejar de la lucha y conquista de ciertos derechos de las mujeres, suelen excluirnos de cierta credibilidad cuando rezumamos o insinuamos sexualidad.”
Este modelo de feminidad que tensa los límites del feminismo nos lleva a ese fascinante territorio sin fronteras claras que es la cultura queer. Una cultura que va desde la americana Camille Paglia y su reivindicación de la clásica vampiresa como modelo de feminidad, al extremo de la francesa Virginie Despentes que hace trizas todos los mitos sexuales hacia las mujeres incluyendo la violación: “Estoy furiosa contra una sociedad que me ha educado sin enseñarme nunca golpear a un hombre si me abre las piernas a la fuerza, mientras que esa misma sociedad que me ha inculcado la idea de que la violación es un crimen horrible del que no debería reponerme.”
ROCK QUEER?
Por su puesta en escena y su feminidad es como si Zuloak fueran la visualización en rock de ese debate en la cultura queer. Tania, contundente en sus palabras, comenta: “He tenido que oír y leer barbaridades, personas que son incapaces de entender la “necesidad” que tenemos de subirnos a un escenario de X manera vestidas, el por qué le damos importancia a la imagen que llevamos. Si eres mujer, convives en un mundo mayoritariamente masculino, que es el de la música, y exponerte de una manera se relaciona directamente con falta de profesionalidad o no. Es absurdo que pensemos así! Nunca se le plantearía eso a un hombre. ¿Te das cuenta? Incluso cuando no se planteaba el feminismo como tal, la mujer, su papel en el sexo siempre ha estado directamente vinculado con la sumisión, con el sometimiento por parte del hombre, con el sentirse incómoda por la búsqueda de nuestro propio placer. Aun superado eso, es algo que de una forma latente seguimos relacionando negativamente cualquier cosa que hagamos y exhiba y huela a cualquier tipo de insinuación sexual.”
“En mi caso, como música, yo elijo subirme a un escenario, yo elijo cómo vestirme, yo elijo como moverme, como expresarme y cómo cantar MI música. Si el que está debajo no lo quiere entender o es incapaz de aceptarlo como algo digno o parte de un show que estoy ofreciendo, no es mi problema.”
SÀGAR MALÉ (ha colaborado Maite Marín)
publicado en ruta66
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