Hace mucho tiempo, muchísimo por que fue cuando estudiaba el BUP, un profesor de Ética nos dio para analizar un texto de un filósofo español (lo siento, no recuerdo el nombre y perdí la fotocopia). Nunca olvidé aquellas palabras que me hicieron reflexionar duramente, de hecho, a dia de hoy sigo pensando en ello. El texto comparaba el efecto de las drogas con las reacciones derivadas del amor-desamor. Desde entonces, he probado algunas drogas y sentido sus efectos en mi mente y en mi cuerpo. Pero sigo coincidiendo con aquel señor cuando decía que el amor es la droga más fuerte y con los efectos más devastadores que puede encontrar el ser humano.
La sensación de estar enamorado y sentirse correspondido segrega tal cantidad de bienestar que es imposible pensar en nada más. Un bienestar que se hunde y se desmorona en el momento que esa persona no te corresponde, o cuando la fuente se agota. El dolor es insoportable y pensamos que no podremos continuar sin ese apoyo, sin ese aporte total de afecto. Hasta que aparece otra persona. Igual de interesante. O más. Y entonces, de repente vuelve todo ese bienestar y todo empieza de nuevo.
Una vez sufrí durante muchos meses por esto. El desamor, el rechazo, el amor no correspondido. Una operación a corazón abierto de la que surgió la pieza Ya no te quiero (el amor no existes). A veces vuelvo a verla y me regodeo en el momento, y recuerdo algunas cosas. Recuerdo cómo me sentía, las cosas que pensaba y cómo funcionaba mi cabeza; la poca confianza que tenía en mí misma como individuo válido sin más, sin nadie más, aunque X o Y no me quisieran como yo quería que me quisieran. Mi propio valor en solitario.
Por otro lado, los condicionamientos sociales que nos llevan a este tipo de relaciones románticas individuales están tan relacionadas con la tradición judeo-cristiana que me da escalofríos. La pareja única, indivisible, fundamental. Y no estoy hablando solamente del ámbito heterosexual, hay muchas parejas de personas del mismo sexo o transexuales con el mismo sistema. Lo que hace sufrir a mucha gente. Existen otras opciones, que quizá exijan un esfuerzo importante sobre nuestra propia educación, pero que a la larga transmiten seguridad en tí mismo y bienestar para la gente que tienes alrededor. Luchar contra los demonios, lo llamo a veces.
El poliamor es posible. Existe. Muchas personas lo practicamos de forma consciente. Muchas otras de forma espontánea. Dicen que las relaciones no son duraderas y que muchas uniones fracasan. Me pregunto, sabiendo la respuesta: acaso no fracasan las relaciones monogámicas?
El amor es la droga más potente, y como con todas las drogas, hay que estar preparados para las alucinaciones que produce. Disfruten del viaje.
original de toy tool comitee
http://toytoolcomitee.wordpress.com/
Verdades como puños!!
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