Hay días que se me alborotan las luces del semáforo y se me raya un poco la cabeza, en esos días, pienso en cosas raras y en algo loco.
Y tú eres medio loco y medio raro, aunque, supongo, que no te gusta ser a medias, que prefieres ser loco y raro de los pies a la cabeza; sin embargo, se me ocurre que eres un fueguito verde y chispeante con un signo de interrogación en la cabeza y dos signos de exclamación en las orejas.
Si el mundo fuera un supermercado irías en él sin código de barra y sin marca de presentación, no te encontrarían en la sección de los enlatados, ni en las legumbres, es posible que te encuentren camuflado entre frutas y verduras con ese olor a mango, dulcecito y jugosito.
Los científicos dirían que eres un fenómeno natural, difícil de explicar, capaz de aumentar un par de grados la temperatura corporal y atmosférica, que vas creando olas de calor en el suelo de cada ciudad que tocas, anotarían además que apareciste por primera vez en noviembre y en año bisiesto.
Con tanto calor adentro derrites a los helados, por eso, contigo prefiero las tortas.
De mil amores iría a compartir un pedazo de torta contigo, con un abrazo y un par de besos en el rojo-naranja de tus mejillas, pero hay un charco muy grande que reduce mis posibilidades a unas cuantas palabras y también sé que hay una probabilidad muy alta y casi infalible de que me puedas leer y si tengo un poco de suerte y un poco de ayuda de los astros o de las brujas, vas a escucharme decir en algún eco de tu mente…
BON ANIVERSARI!
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