diumenge, 23 d’octubre del 2011

¿Amar o Depender? Walter Riso



¿Amar o depender? De Walter Riso, es un libro que permite al lector conocer un poco acerca del tema de la dependencia afectiva de la pareja (heterosexual u homosexual), esto porque muchas personas en todo el mundo confunden el vínculo amoroso con otras cosas o sentimientos que desvirtúan la relación.
Además de que la mayoría de los problemas que enfrentan los seres humanos, tienen alguna relación con este sentimiento, ya que por lo general sus problemas se derivan de la "dependencia afectiva extrema", que según Riso (1999) "impide establecer relaciones amorosas adecuadas", esto porque tarde o temprano genera sufrimiento y depresión; ya sea por miedo a la pérdida, a la soledad y o al abandono, lo que provoca perturbación no solo a la persona que lo sufre, sino a la persona por quien se sufre.
Esta obra está organizada en tres partes, donde el autor desarrolla seis principios básicos los cuales denomina "anti - apego". En la primera desarrolla en forma general el tema del apego considerándolo como una adicción, considera que "depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de auto mutilación psicológica donde el amor propio, el autorespeto y la esencia de una misma son ofrendados". También aclara conceptos tales como que el deseo no es apego, porque "querer algo con todas las fuerzas no es malo, convertirlo en imprescindible, sí…"Por lo tanto si hay síndrome de abstinencia, hay apego. Por lo tanto hay problemas porque el apego desgasta y enferma, castra, incapacita, elimina criterios, degrada, somete, deprime, genera estrés, asusta, cansa, desgasta y finalmente acaba con todo residuo de humanidad disponible.

Por otra parte, el autor considera la inmadurez emocional como el esquema central de todo apego, esto porque implica una perspectiva ingenua e intolerante ante ciertas situaciones de la vida, por lo general incómodas o aversivas. Señala tres manifestaciones de la inmadurez emocional relacionadas con el apego afectivo, tales son: bajos umbrales para el sufrimiento (tiene que ver con la incapacidad para soportar lo desagradable; su vida está regida por el principio del placer y la evitación inmediata de todo estímulo aversivo, por insignificante que sea...), baja tolerancia a la frustración (es la incapacidad para elaborar duelos, de procesar pérdidas y el no aceptar que la vida no gira a nuestro alrededor, como señal de inmadurez) y la ilusión de permanencia (es crear el anhelo de la continuación y perpetuación ad infinitu).
Asimismo, el autor considera que el placer / bienestar más seguridad / protección es la "supersustancia" que motiva el apego. Es decir, que de acuerdo con la historia personal afectiva, la educación recibida, los valores inculcados y las deficiencias específicas, cada cual elige su fuente de apego o cada apego lo elige a uno. Por lo tanto, señala y desarrolla los apegos más comunes, tales son: apego a la seguridad / protección, a la estabilidad / confiabilidad, a las manifestaciones de afecto, a las manifestaciones de admiración y al bienestar / placer de toda buena relación (sexo, mimos, tranquilidad y compañerismo).
En el segundo capítulo pretende ofrecer algunas herramientas para promover la independencia afectiva y aún así seguir amando, de ahí que éste capítulo esté dirigido a cualquier persona que desee mejorar su relación o crear un estilo afectivo más inmune al apego. Considera que el apego puede prevenirse y anota tres principios o estilos de vida orientados a fomentar ésa independencia psicológica sin dejar de amar. El primer principio es el de la exploración o "el arte de no poner todos los huevos en la misma canasta"; el segundo es el de la autonomía o "el arte de ser autosuficiente sin ser narcisista" y el tercero es el principio del sentido de la vida o "o el arte de alejarse de lo mundano". Donde la aplicación de cada uno de ellos hará de la persona un ser libre de apegos. Pero, la inmunidad a la adicción afectiva sólo puede alcanzarse cuando todos nuestros papeles estén debidamente equilibrados. De ahí que cuando se logra la madurez afectiva, el acto de amar no sea tan cautivante como para anularnos, ni tan distante como para enfriarnos, se obtiene un punto medio, donde el amor existe y deja vivir.
Otro elemento importante de señalar es que según el autor, el miedo a lo desconocido es una de las cosas que más interfiere en el proceso de desapego, debido a la inmadurez emocional, ya que las personas no suelen arriesgarse porque el riesgo les incomoda. De ahí que el anclaje al pasado es la piedra angular de todo apego. Por lo tanto, recomienda el principio de la exploración responsable, es decir, "hacer lo que se nos venga en gana, siempre y cuando no sea dañino ni para uno ni para otros".
El autor indica algunas sugerencias prácticas tales como: juego y espontaneidad, iniciando con una travesura que no sea peligrosa. Recurrir al método del absurdo, "lo descabellado genera cosquilleo, mariposas y una risita nerviosa" [...], despreocúpate del qué dirán y de la adecuación social ya que el peor obstáculo para la espontaneidad es estar pendiente de la normatividad y de la opinión de los charlatanes. Bucear en lo intelectual (es investigar!!); incursionar en el arte, ensayar comportamientos, viajar y conocer gente... lo que al final llevará a la persona a hacerse cargo de sí misma, de sus necesidades y de sus intereses sin depender de otra persona para satisfacerlos.
En la tercera parte, su contenido apunta a facilitar estrategias para desligarse de aquellas relaciones inadecuadas y no recaer en el intento. Propone el hecho de que "solo se justifica amar cuando podemos hacerlo limpiamente, con honestidad y libertad", lo que nos lleva a la frase señalada por Riso donde afirma que el arte de amar sin apego resulta una extraña mezcla de capacidades difíciles de alcanzar, ya que los requisitos que se necesitan para amar sin adicciones, no son bien vistos por los valores sociales tradicionales tales como: la libertad afectiva, amar sin miedo, amar a la medida del que ama, donde el amar sin apego, no implica insensibilizar el amor, no amortigua el sentimiento, al contrario, lo exalta lo libera, lo suelta y lo deja fluir sin restricciones". Es una propuesta que ofrece la posibilidad de que las personas puedan adaptarse el uno al otro sin perderse, sin dejar de ser una, la cual solo es posible hacerlo con pasión y sin apegos.

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