Déjame meterme en tus bolsillos
y dormir a tu lado si tengo los pies fríos;
es entonces cuando mi corazón
se acelera y se calma,
sueña y descansa,
salta y reposa.
Me gustaría saber si hay vida antes de la muerte
si respirar tu piel en cada paso será sano
y si absorber tu infierno en cada beso
me llevará al paraíso.
Mientras tanto,
contágiame tu vida,
desnúdame el alma,
vísteme de caricias,
llévame al fin del mundo
aunque algunos silencios
duelan como calambrazos
y nadie pueda entender la sobredosis.
No
quiero ser ni capitán ni marinera,
prefiero naufragar en tu isla,
y ser el horizonte de tu espléndida mirada,
el refugio de tus besos clandestinos
y el secreto de tus secretos
porque solo los relojes pierden el tiempo
ya que todas las cosas probables
acaban sucediendo.
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