A veces el camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría,
las sustancias más aptas para entrar por la puerta secreta al palacio.
Sabiduría popular y química de vanguardia se combinan para sintetizar la
llave.
Desde tiempos inmemoriales el hombre ha
buscado el éxtasis como una comunión con el universo que lo rodea.
Fundamentalmente existen tres caminos para reconectarse con este
sentimiento oceánico de unidad: las prácticas ascéticas, la sexualidad y
las drogas (generalmente en un contexto sagrado). Algunas veces estos
caminos confluyen y aunque idealmente lo mejor sería la confluencia del
ascetismo seguido del sexo, generalmente, en la búsqueda impaciente de
la otredad, se opta por combinar las drogas con el sexo. El máximo
activista de los psicodélicos, Terence Mckenna, decía que irse a la tumba sin haber tenido una experiencia psicodélica era como morirse sin jamás haber tenido sexo
o, en otras palabras, sin haberse dado cuenta de lo que en verdad se
trata este juego. Bajo este tenor surge inevitablemente el dilema de por
qué no hacer las dos al mismo tiempo.
Es sabido que el sexo puede ser una
droga y es cierto que en ocasiones las drogas pueden ser como tener sexo
contigo mismo (o con el universo). No recomendamos utilizar drogas para
acentuar, conseguir o manipular una experiencia sexual. Evidentemente
el acontecimiento sexual debiera ser en sí mismo suficientemente
estimulante. Como se dice entre las tradiciones esotéricas, en la cópula
humana se puede acceder a la misma energía que creó el universo. Antes
que intentar una estimulación química es recomendable intentar las
técnicas ancestrales del éxtasis, como el tantra y el yoga, o, acaso,
para los más osados, la magia sexual de las sociedades secretas de
Occidente.
No incluimos sustancias que permiten a
una persona forzar u obligar a través de un artilugio químico a otra
persona a tener una relación sexual, entre esta sustancias se encuentran
algunos barbitúricos, los llamados “ruffies”, el toloache y, aunque con
resultados cuestionables, la yumbina. Por supuesto dosificar a alguien
de un poco de ecstasy o de mandrágora, por ejemplo, podría
manipular a favor del “dealer” una relación sexual, sin embargo, estas
sustancias también pueden ser utilizadas con conciencia y voluntad para
la hiperestesia sexual y es en este sentido que hacemos esta
profundamente divertida investigación sobre los usos y costumbres de la
posmodernidad en búsqueda del arrebato.
10. COCAÍNA-
La relación entre la cocaína y el sexo
es extensa sobre todo porque la cocaína es usada como “la droga” de la
vida nocturna, de los bares, discotecas, dadora de status e
incluso como un tipo de chantaje sexual en ciertos círculos
clandestinos. Siendo muy adictiva, la cocaína a veces puede hacer que
las personas se vuelvan adictas a las personas que puedan proveer esta
sustancia.
La cocaína generalmente incrementa la
confianza y, un poco ilusoriamente, crea la sensación de vitalidad
física y mental. Por esto el “perico” es utilizado muchas veces para
ligar. Por otra parte la cocaína duerme las áreas del cuerpo donde se
aplica, por lo cual a veces lleva a tener sexo duro y rudo, el
estereotipo de una noche salvaje. Es fácil de llevar a la cama como un
juguete sexual e inhalar líneas de cocaína de las curvas del cuerpo.
Phillp K. Dick, en A Scanner Darkly, escribió que “la cocaína hace que las mujeres quieran tener sexo, pero que los hombres no puedan hacerlo”.
Los hombres que sí consiguen una
erección habiendo consumido cocaína normalmente suelen durar más, pero a
veces no logran tener un orgasmo (llegando más bien a oscuras zonas de
frustración o sadomasoquismo).
Uno de los peligros de tener sexo
después de haber inhalado cocaína es que, si las cosas se ponen un poco
fuertes, se puede sufrir un paro cardiaco: morir en los brazos de Doña
Blanca.
«A silver Lucifer
serves
cocaine in cornucopia»
-Mina Loy.
«It makes me lose control, it makes me go insane
I wanna a girl that does cocaine »
-Nirvana, Cocaine Girl.
9. CANDYFLIP (LSD/MDMA):
El candyflip, la combinación de éxtasis
con ácido lisérgico, es un cóctel psicodélico popularizado en los raves,
entre chicos que querían tener la fuerza psicodélica del LSD y la
empatía y sociabilidad del MDMA. El LSD solo puede ser dfícil de dominar
para el contacto íntimo, muchas veces las personas que toman esta
sustancia no quieren que las toquen y abordan trenes freak, pero al
mismo tiempo sienten una gran energía, una fogosidad intensa, un
eléctrico kundalini. El MDMA, antes de ser llamado éxtasis como
mercadotecnia callejera, iba ser llamado “empatía”, un nombre más
cercano por sus efectos sobre la serotonina y su capacidad de conectar
con los sentimientos de las demás personas —lo utilizan incluso
terapeutas maritales como detonador del llamado make-up sex. En esta relación el fuego lo pone el LSD y la ternura el MDMA.
La amante de Timothy Leary lo visitó a la cárcel y nos cuenta sobre el poder erótico del LSD: el pie de uno de los gurús del flowerpower
debajo de la mesa buscando el vórtice del vestido, como una puerta
interdimensional. Promesas de amor eterno, entre radiaciones de
estrellas fugaces:
«Debajo de la mesa nuestros pies se
tocaban, a veces los guardias permitían este tipo de juegos. Sentí la
pasión de su pie subir hacia arriba de mi vestido y destrozarme como si
estuviéramos en una profusa cama juntos. El orgasmo recorrió mi cuerpo,
mis ojos se contrajeron de placer, como los de un gato maullando en
éxtasis. Los ojos de Tim estaban anudados a lo míos. Íbamos viajando en
un rayo de luna brillando en una telaraña. No había más prisión».
El mismo Leary escribió sobre la
alquimia sexual: «Los mejores resultados llegan cuando te coges a
alguien que realmente amas en un viaje de ácido. Es ahí cuando el
sistema nervioso está más abierto, menos condicionado y listo para
recibir un nuevo implante».
El candyflip no es un combo para el sexo
casual, funciona para el sexo cósmico, que busca conectarse emocional y
espiritualmente, sentir el éxtasis y desdoblarse entre el tejido de
estrellas que une los cuerpos. Especialmente para una pareja que acaba
de conocerse pero que sabe que su conexión es mucho más anterior, tal
vez desde la primera emanación de la mariposa galáctica.
Hay personas que prefieren el
hippie-flip, la combinación de hongos con éxtasis, pero el LSD y el MDMA
son dos sustancias químicas con un campo morfogenético más cercano, una
biblioteca de información más afín. En todo caso sería más recomendable
combinar el MDMA (o usar 2-CB’s) con la mescalina, sustancias más
cercanas entre sí, ambas fenetilaminas y siempre parte de los mágicos
anillos de benzeno.
8. MANDRÁGORA-
Una de las sustancias “afrodisiacas” más
usadas en la historia de la humanidad, con una inextricable relación
con la brujería occidental. Este narcótico es un elegante y sutil
aliciente del sexo. Incluso es mencionada en la Bibia con este modus operandi.
Su raíz tiene forma de pene: popularmente se decía que cuando se
ahorcaba a un hombre y éste eyaculaba, ahí donde caía su semen crecía
esta planta, la cual había que cortar con preparación mágica —pero es
cierto que el ahorcamiento produce en el hombre una erección. En gran
parte el poder de esta planta radica en su metamorfosis símbolica en un
hombre, en el entendido de que su forma es un objeto mágico en la mente
de quien la sabe usar. El juego es evidente: el hombre que la consume se
puede convertir en dragón, manipulando su kundalini.
La mandrágora contiene scopalamina y
pertenece a los alcaloides del anillo de tropano, al igual que la datura
(toloache), la belladona y curiosamente también la cocaína (de nuevo la
sabiduría popular: la coca es “la caspa del diablo”, el toloache es “la
yerba del diablo”). Esta planta, junto con la belladona, es usada
todavía en modernas ceremonia paganas (como la wica), en rituales de
sexo solar o lunar.
Preferentemente se usa entre parejas que
quieren tener una noche romántica, tomándose en gotas. La mandrágora
llena al hombre de un aura de misteriosa potencia, un dejo entre
dionisiaco y de gentleman. Se dice que las mujeres pueden tomar la mandrágora hembra y obtienen efectos equivalentes.
7. POPPERS-
Esta sustancia (nitrito de anilo),
popularizada en los 80s por la cultura gay y vendida comúnmente en las
sex-shops, es un vasodilatador, por ende sirve como relajante de los
músculos anales y vaginales. El uso prolongado puede hacer perder la
erección, pero una aplicación precisa puede producirla atinadamente.
Además, inhalada, produce una euforia instantánea y efímera, que
perfectamente puede sincronizarse con el momento del orgasmo.
Algunas parejas avezadas en vez de
inhalar los poppers —entre las marcas favoritas están el Liquid Gold y
el Purple Haze— dejan que la sustancia se destile lentamente creando un
efecto encapsulado que rítmicamente puede empalmar con el calor de la
penetración. Poppers-saunas, espasmos modulados por la pérdida de la
conciencia.
El popper, una sustancia que produce un
rush instántaneo, también es usado por algunos paracaidistas al momento
de arrojarse al vacío o por clubbers que buscan sentir la eternidad del
instante combinando sus pastillas con el popper o acaso ofrecérselas a
algunas chicas junkies que andan por ahí.
6. KETAMINA-
El Special K, una sustancia controlada
utilizada como anestesia para animales, es un disociativo que primero
fue popularizado por el Dr. John Lily en sus experimentos en tanques de
aislamiento desprogramando la biocomputadora humana y en sus
experimentos de telepatía con delfines. La ketamina se ha vuelto
recientemente muy popular como un invitado subterráneo a la cama,
particularmente llevado por las chicas en ciudades cosmopolitas como
Londres o Buenos Aires. La keta, o k-espacial, relaja sobremanera, por
lo cual puede preparar el mood para el sexo, sin embargo, también inhibe
la capacidad de llevar la sangre al pene haciendo difícil sostener la
erección (probablemente más que la cocaína o el MDMA, aunque hay
versiones encontradas).
Por esto es mejor utilizarla durante el
sexo que en un coqueteo previo y por las mujeres. La ketamina, y sus
característicos “k-holes”, ha sido relacionada con experiencias cercanas
a la muerte, una disociación total, un túnel de luz o oscuridad
profunda. Algunas personas sienten bajo los efectos de la ketamina que
tienen poderes supernaturales, que levitan o se desdoblan de su cuerpo.
Este desprendimiento astral puede suceder durante el acto sexual con una
imagen característica del Libro Tibetano de los Muertos: el fantasma
que se ve así mismo teniendo sexo antes de reencarnar. Curiosamente
Freud, repitiendo la popular expresión francesa, llamaba al orgasmo la petite mort,
es este el cariz de la relación entre la ketamina y el sexo, la
implosión del momento culmen que penetra en el infinito dentro de sí
mismo.
5. GHB y OXITOCINA
El gamma-hidroxibutírico (GHB) o
éxtasis líquido se produce de manera natural en pequeñas cantidades en
las células del sistema nervioso de todos los mamíferos. Esta sustancia,
recientemente popularizada en la escena electrónica, ha sido vendida
como un afrodisiaco incluso en la literatura médica, según el Dr.
Laborit:
«A last point should still be mentioned:
the [GHB] action on Man which could be called ‘aphrodisiac.’ We cannot
present any animal experiments on this subject. However, the oral form
has now been sufficiently used so that, as generally agreed, no doubt
can subsist as to its existence».
Aunque no solo afrodisicaca: ingerida en
exceso, esta sustancia puede ser considerada una droga de violación
(“date-rape-drug”), a veces administrada secretamente en bares y
discotecas por personas que tienen intenciones oscuras. Sin embargo,
entre las parejas que buscan avivar sus relaciones sexuales, sin duda el
GHB es una de las sustancias predilectas. Las mujeres reportan una
expansión de su orgasmo; pero en dosis mayores este se hace más difícil.
Como siempre, pero en particular con el GHB, es importante saber medir
la dosis.
Uno de los beneficios del GHB es que
produce una sensación de deshinibición pero, a diferencia de otras, no
impide el performance. Esta sustancia es utilizada mucho por bailarinas
exóticas y fisicoculturistas.
Un estudio durante un brote de sífilis
demostró que 61% de hombres homosexuales infectados reportaron el uso
de GHB, alegando que la droga les permitía olvidar sus inhibiciones
cuando tenían sexo con extraños, permitiéndoles disfrutar sin
preocupaciones un gran número de parejas sexuales.
Oxitocina-
La oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, es una hormona
mammalia que también actúa como neurotransmisor, producida especialmente
durante el parto y después del orgasmo, como una estela vinculante. En
las mujeres se genera también al libar prolongadamente de sus pezones;
los hombres también reciben una descarga después del sexo, pero al
parecer la testosterona baja un poco los efectos.
La idea de que el amor es como una droga
y una cuestión exclusivamente química, está basada en esta sustancia.
Por esto algunas compañías han empezado a fabricarla, especialmente en
spray y hay quienes la toman para “conectarse emocionalmente entre sí” e
irradiar esta especie de loción de amor. Incluso existen fiestas
temáticas donde los comensales consumen esta hormona. En realidad no son
nada orgíasticas: en oposición al sexo salvaje de la
cocaína-con-popper-con-viagra-con GHB-con S&M o algún otro tipo de
cóctel, el sexo con oxitocina es como el vapor del post orgasmo
suavemente abrazando todo el acto, un vapor de ternura armónica, el sexo
de una pareja que lleva mucho tiempo junta.
El éxtasis o MDMA también estimula la oxitocina del cerebro vía los receptores de serotonina.
4.CANNABIS-
Evidentemente tenía que estar en esta
lista el cannabis, la droga más usada para el “sexy time” en el planeta
(sin contar el alcohol, que evidentemente no logra escalar esta lista) .
Sin embargo, más que la marihuana, el hachís (también el charras y mejor en chillum),
por su linaje entre las paradisiacas orgías de Oriente, es la sustancia
que tiene una mayor relevancia como potenciador sexual. Generalmente
las personas se acercan al cannabis por su cualidad sensorial, por cómo
hace sentir las cosas, oír la música; el cannabis es una sustancia
maleable que para mejor usarse en el sexo debe de saber llevarse.
El hachís, también llamado “chocolate”,
puede ser usado como aceite para metaestimular. Los sabios fumadores de
Marruecos hacen que lindas vírgenes corran desnudas por los campos de
plantas de cannabis y fuman el polen que se les pega a su cuerpo.
Especialmente, si se llega a conseguir un poco del mítico hash Alamut
Black, la pareja estará abordando un gran trip sensorámico.
El gran mago de occidente, Aleister
Crowley, prefería entre la mescalina, el opio y otras drogas, al hachís
como su íntimo agente de la gran obra sexual (también gustaba hacerla per vas nefandum).
Crowley veía en el sexo un concurso de las fuerzas cósmicas y en el
orgasmo una especie de relámpago divino, u oración, por medio del cual
podía entablar una comunicación con el mundo astral o manifestar una
intención. Así describe Aleister Crowley el efecto del hachís:
«Well, then, let me see whether by first
exalting myself mystically and continuing my invocations while the
drug dissolved the matrix of my diamond Soul, that diamond might not
manifest limpid and sparkling, a radiance “not of the Sun, nor the Moon,
nor the Stars;” and then, of course, I remembered that this ceremonial
intoxication constitutes the supreme ritual of all religions».
Crowley incluso desarrolló una técnica llamada “Eroto-comatose-lucidity”
(un estado de coma lúcido-erótico). Este ritual estaba basado en la
estimulación sexual repetida sin llegar al orgasmo que lleva al
individuo a un estado intermedio entre el sueño y la vigilia, así como
la extenuación, permitiéndole al practicante comulgar con la divinidad.
Para propiciar este estado eran usadas sustancias como el hachís y a
veces el opio.
Cuando el hombre hace el ritual, todo el
semen (o elixir) producido por un orgasmo debe de ser consumido,
posiblemente a través del famoso Pastel de Luz, el secreto del horno de la Gran Bestia.
Al parecer el uso del hachís en un
contexto sagrado, sexual, llegó a Occidente a través de los Templarios,
que más tarde darían lugar a los Iluminati y quizás hasta a los plantíos
de marihuana de George Washington. Los templarios entraron en contacto
con el club de los hashashins. El escritor creador del terrorismo poético, Hakim Bey, nos dice:
«La leyenda del jardín paradisiaco de
Alamut donde las huríes (las doncellas del cielo), el cáliz, vino y
hashish eran disfrutados por los Asesinos en carne viva, podría
generarse de la memoria popular del Qiyamat. O tal vez sea literalmente
verdad. Ya que para la conciencia realizada este mundo no es otro que el
paraíso y sus goces y placeres son todos permitidos. El Corán describe
el paraíso como un jardín. Es muy lógico para los ricos Alamut volverse
el reflejo externo del estado espiritual del Qiyamat».
Esta parece ser la clave del éxtasis
sexual, el reflejo del cielo, en el placer de la creación. Los lentos y
voluptuosos trances del hachís nos acercan al sueño de la divinidad en
su harén.
3. FOXY-METHOXY
Esta sexy señorita avatar en pastilla
(N,N-diisopropyl-5-methoxy-tryptamine) es parte de la realeza
psicodélica, la familia de las triptaminas, que incluye a los
psicodélicos más potentes del planeta como el 5MeO-DMT y el DMT. Esta
flamante adición se ha vuelto un clásico de culto en el underground
sexual que no solo busca el éxtasis del cuerpo, sino también el del
espíritu y acompañar la deliciosa sensualidad de la forma física con los
fractales y mandalas de las dimensiones alternas de realidad.
Uno puede ver la flor de la vida en el
sexo, una orquídea galáctica llamando magnéticamente o una piel
transparente de estrellas.
Así describe Rob, en Erowid, su experiencia sexual en Foxy:
«Foxy me hace sentirme superfuerte y
rápido, como si fuera Bruce Lee. Una vez estaba cogiendo con con Kim.
Fue largo e intenso, y ella se vino por lo que parecían ser 20 minutos.
Más tarde ella le comentó a una amiga ‘mi orgasmo necesitó su propio
codigo postal’».
Bruce escribe, también en Erowid, sobre del sexo en Foxy:
«Después de que finalmente lográramos
levantar mi tallo de jade a su forma florida (el pene erecto), el sexo
estuvo inusualmente cargado y visual. Me pude mantener justo debajo del
clímax con mucha facilidad y logré sacar el instinto de una forma muy
poderosa.
»Después del orgasmo me sentí
increíblemente recargado, al contrario de mi típico estupor
post-orgásmico. Brinqué de la cama y me puse a hacer la cena bailando a
ritmo de la música».
El blog Raramour describía hace unos
años el efecto de Foxy así: «Induce en aquel que la consume pasajes
oníricos que se disfrutan con un placer infantil, recorridos de ensueño
tomado de la mano de ti mismo».
Playboy planteó estas preguntas al
máximo diseñador de sustancias psicodélicas que conoce la humanidad, el
Papa Alexander Shulgin:
Playboy: Days after you invented foxy, you had sex on it. Was it good?
Shulgin: At low doses it greatly enhances my orgasm intensity…
Una usuaria bastante atrevida de erowid,
d.m.thramm, hizo lo que parece ser el santol grial del erotismo
psicodélico. Después de consumir LSD, mientras su novio la penetraba en
la posición del misionero , fumó un poco de 5-MeO-DMT, el psicodélico
más potente del planeta, imposible de ser usado por el hombre durante el
acto sexual, ya que produce un desprendimiento que resulta seguramente
en la interrupción del acto (aunque tal vez sí podría ser usado
mutuamente en la posición de yabyum, en una penetración silenciosa que
se adormece en el loto de la eternidad). Así describe esta aventurera
psicoerótica su experiencia:
MASTER CYLINDER THE SIZE OF A SPACECRAFT NO... SIZE OF A MONOLITH...! MASTER CYLINDER THE GOD'S CYLINDER... BECOMING >==== MILES & MILES IN LENGTH ====> i do not FEEL it - i AM it i AM the penis that fills me i AM the void it is filling i AM the SPACE BETWEEN two bodies i AM black hole eating white light i AM the destroyer of stars and the creator of void
Al regresar a la realidad su novio le
dijo que se había quedado como un cadáver mientras él la penetraba. Las
personas que fuman 5-MeO-DMT, cuyo efecto dura pocos minutos, suelen
percibir el nacimiento del universo, el Big-Bang, el Aleph en su
creación/aniquilación; en la última radiación de la dimetiltriptamina el
psiconauta deja de ver para ser, como Brahma que es tanto la espada
como la cabeza que corta.
2 -VIAGRA Y ÉXTASIS
Este combo prosexual se conoce en el circuito de diletantes hedonistas como “séxtasis” (sextasy)
y probablemente sea el más efectivo de los cócteles, asegurando un
desempeño épico en el hombre (la mujer puede intentar análogamente
bremelanotide o flibanserin con MDMA, pero hasta la fecha el grial del
“viagra femenino” aún no ha sido descubierto). Te contaremos un secreto:
en esos afterparties con supermodelos rusas a los que nunca te
invitan, la sustancia de la casa es el MDMA mezclado con el Viagra, las
dos tienen el efecto secundario de ver azul, a veces un vago destello
de luzazul o inlcuso una realidad teñida como esa diosa orgíastica de
los Pitufos.
La combinación evidentemente viene de
que por una parte el MDMA, el éxtasis que en realidad es empatía
encapsulada, es la sustancia que con mayor facilidad permite conectar
con otra persona, llamada también la droga del amor, y viajar en la
textura del tacto, en el infinito del cuerpo, esta sustancia dificulta
la erección. Ergo, el Viagra. El MDMA, además, retarda el momento del
espasmo.
Para maratónicas jornadas de sexo,
particularmente con más de una persona a la vez en mansiones con
albercas y un poco más de la lúdica inmortal del dios Pan, el fauno que
corretea a las princesas perdidas en el bosque con el pene erecto y su
poderoso sibilante silbido.
No es necesario decir que esta
combinación, en el tren del extásis galopante en el corazón, es bastante
peligrosa y no son pocas las muertes que ha causado. Recientemente el novio de la modelo argentina Liz Solari parece haber muerto después de tomar el
fausto/infausto cóctel. Al menos la muerte así, es como no morir,
extendiéndose en holo-olas orgásmicas. Aunque probablemente evite cruzar
la onerosa puerta del guardián chacal Anubis, en el samsara iterado de
la carne y la luz falsa.
Algunos de los usarios más avezados han
empezado a combinar el viagra con la mefedrona, la recientemente popular
droga conocida como meow meow. Dicen que la mefedrona supera
al MDM o al MDA como compañera sexual. Sin embargo, este uso no es lo
suficientemente extendido para poder hablar categóricamente de esta
pareja tan cerca de la cima.
1.IBOGAÍNA
Esta sustancia del corazón de África es,
según Terence Mckenna, el único verdadero afrodisicao que existe en el
planeta. Además es un potente alucinógeno con propiedades curativas
comparado a veces con la ayahuasca.
El iboga originalmente parece haber sido
usado en la cacería mágica para relevar el cansancio. Algunos brujos
africanos utilizan el iboga para practicar una técnica mágica que
produce orgasmos a distancia, como el Merovingio en Matrix Reloaded.
Algunas personas han descrito
que el iboga ayuda a concebir la sexualidad como algo totalmente
natural y a expresarla de forma desenfadada, como parte de un juego
cósmico. El iboga es la danza en la noche de la polaridad, las dos
llamas que se llaman para fundirse en el éxtasis, como panteras que
copulan bajo la luna derramando vino en su sudor, agazápandose feroz y
místicamente. La planta tabernanthe además otorga a la persona
que la toma un ritmo especial, el pulso del Motherland, que puede
incorporar, en el caso de ser hombre, al penetrar la gran vagina cósmica
y, en el caso de la mujer, al recibir el falo solar.
republicado de pijamasurf
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