La duración de la
lactancia nos parece una clave que no se ha tenido en cuenta hasta el
presente a la hora de interpretar las características de una
civilización. Muchas personas sienten, de forma espontánea y
confusa, sin poder precisar con claridad los motivos, que la duración
de la lactancia es un tema escandaloso que es mejor eludir. Abordarlo
supone sacudir los cimientos mismos de nuestra sociedad.
(…) ¿Cuánto tendría
que durar una lactancia lo más fisiológica posible?
(…) Para aportar
respuestas a esta provocativa propuesta, podemos presentar también
algunas correlaciones escandalosas.
Primera: En todas las
sociedades poligámicas, la lactancia materna se prolonga durante
varios años. La poligamia ha sido, con mucha diferencia, el régimen
matrimonial más difundido en el mundo. En su cuadro de 558
sociedades consideradas representativas, Murdock manifiesta que la
poligamia es oficial en el 76% de casos de la muestras. Esta
observación nos lleva a hacernos dos preguntas, primeramente, ¿hasta
qué punto la familia poligámica facilita lactancias de larga
duración? Y en segundo lugar, ¿puede ser que los estrechos lazos
afectivos que se dan en este caso entre la madre y el bebé
favorezcan la capacidad de compartir más tarde un esposo o esposa?
Dicho de otro modo, ¿es posible que una relación breve con la madre
potencie posteriormente la tendencia al amor-posesión, de modo que
la persona no pueda ser apta para la poligamia?
Segunda: Tanto más cuanto
concierne a países occidentales próximos unos a otros por su
ubicación geográfica en el norte de Europa y por su nivel de vida:
en Suecia, donde el 60% de bebés son alimentados todavía al pecho a
los seis meses de edad, el índice de separaciones se sitúa entorno
al 50%, y la mayoría de ellas suceden en el año siguiente a un
nacimiento. (…) En los Países Bajos, donde el número de bebés
amamantados a la edad de seis meses es ínfimo, el índice de
separaciones es del 25%. En Gran Bretaña, con índices de lactancia
intermedios, el porcentaje de separaciones también se sitúa en un
nivel intermedio.
(…) Tener en cuenta sin
ningún orden específico las correlaciones entre poligamia y
lactancia prolongada, los índices comparativos de divorcios en
distintos países, la acción depresora de la prolactina sobre la
líbido o las confidencias de las parejas con problemas durante la
lactancia, nos obliga a plantear otra provocativa pregunta: ¿Es
compatible la monogamia, a escala cultural, con la lactancia materna
prolongada?
Hablar de monogamia es,
antes que nada, hablar de matrimonio, adentrarnos en algo
específicamente humano. En la mayoría de sociedades de mamíferos,
especialmente las sociedades de primates, las hembras gozan de gran
libertad sexual. (…) Para los zoólogos, los mamíferos monógamos
como el lobo, el castor o los pequeños antílopes llamados 'dik dik'
son casi una rareza.
Lo que caracteriza a los
humanos es la capacidad para coordinar y estructurar acciones
colectivas como la caza o la guerra. Eso sólo puede suceder a costa
de una disminución de la agresividad entre machos de un mismo grupo.
De aquí deriva el control social de la sexualidad, el compartir a
las mujeres de que nos habla Lévi-Strauss y, finalmente, a partir de
determinado estadio de evolución de la humanidad, el matrimonio.
El tipo de matrimonio más
extendido es el poligámico. (…) Parece ser que en todas las
sociedades poligámicas los bebés duermen con sus madres y toman el
pecho durante varios años, a menudo entre tres y cinco o a veces
incluso más. En todas las sociedades poligámicas, las relaciones
sexuales están habitualmente prohibidas durante buena parte del
periodo de lactancia.
(…) La monogamia, el
tipo de matrimonio más extendido en el mundo industrializado,
implica un estadio de más control social de la sexualidad. En Europa
se ha convertido en la norma desde hace más o menos veinte siglos.
Actualmente, las
estructuras familiares evolucionan de forma rápida e insidiosa.
Oficialmente, nuestra sociedad es monógama, cuando en realidad hay
dos clases de poligamia:
-Poligamia «en serie»:
el hombre y la mujer tienen varios cónyuges de forma sucesiva. En la
mayoría de países occidentales, el número de divorcios oscila
entre 7 y 13 por cada mil matrimonios. Y la mayoría de divorciados
se casa de nuevo. Por ello podemos concluir que este tipo de
poligamia está muy extendido, aún más si tenemos en cuenta que la
tendencia es la misma o mayor en las uniones libres.
-Poligamia clandestina o
semiclandestina: el estudio que Annette Lawson realizó durante 10
años entre la clase media de la sociedades norteamericanas y
británicas llega a la conclusión de que de cada cinco hombres y
mujeres, cuatro han tenido por lo menos un segundo/a compañero/a
sexual. Las mujeres, por término medio, lo tienen a los 4,5 años de
matrimonio; los hombres, a los 5,2.
(…) Ha llegado la hora
de admitir que lactancia materna y estructuras familiares son dos
temas inseparables que no podemos seguir eludiendo por temor al
escándalo (…). Tenemos que plantear nuevas preguntas, como ¿Qué
tipo de familia va a satisfacer mejor las necesidades fundamentales
del bebé mamífero humano? O bien, ¿hasta qué punto el modelo de
familia nuclear se mantiene gracias al nacimiento (y la muerte) en el
hospital?
Del Libro 'El bebé es un mamífero', Michel Odent
Que puedes leer a continuación, esta parte la encuentras a partir de la página 76 en esta versión:
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