Liebespaar, Kolo Moser
Del libro 'Sed de piel ¿Feminizar el futuro?',
Manuel Lucas Matheu
Nacer, crecer, reproducirse y morir.
Con estas palabras, año tras año en
la escuela, empezaban las clases de ciencias naturales donde nos
explicaban, desde un punto de vista altamente esquematizado, en qué
consiste el hecho sexual de los seres vivos y, en especial, de
nosotros, los seres humanos. Desde pequeñita ya se me quedaba un
sabor amargo en la boca al oír estas palabras y pensar que sólo
para eso, estábamos aquí. Nadie nos explicó que también estábamos
para gozar de placer y otras muchas cosas más.
Sed de piel es un libro fascinante que
amplía estas cuatro palabras a 313 páginas llenas de sorpresas,
curiosidades, conocimientos y experiencias. Dada nuestra educación,
en la que muchos de nosotros apenas hemos leído en el transcurso de
nuestra vida, leer este libro en ocasiones resulta denso y entran
ganas de abandonar la lectura. Sin embargo, hay algo que te hace
seguir. Tal vez sea la pobreza de conocimientos que impulsa a calmar
nuestra ignorancia. Asimismo es un libro que invita a reflexionar,
así que reflexionemos con él.
En los primeros capítulos de Sed de
piel se hace una revisión filogenética de cómo a través de miles
de años hemos llegado a ser lo que somos: el ser humano. La
reproducción antes asexuada en la que a través de la división uno
dabados, cambia a una fórmula reproductiva sexuada en la que la
fusión de dos da lugar a otro distinto, en la que se mezclan
características de uno y de otro apareciendo así un nuevo ser
diferente. Para ello es necesario que los gametos estén dispuestos
espacialmente de manera próxima y en un medio líquido. Con ello
aparece la anisogamia en la que los gámetos se diferencian
morfológico y estructuralmente apareciendo los óvulos y los
espermatozoides. Los óvulos son de mayor tamaño y llevan en su
interior la reserva de nutrientes mientras que los espermatozoides
son pequeños, móviles, se producen en gran cantidad y son los
responsables de buscar a los óvulos. Por tanto, con la aparición de
los gámetos diferenciados se solventan los problemas de derroche de
gametos y la dificultad de desplazamiento. Con la fabricación de
diferentes gametos aparece también una diferenciación gonadal donde
unos órganos especializados producirán óvulos en las hembras y
espermatozoides en los machos. Así pues, aparecen cromosomas
especializados en determinar el sexo para que no sea el medio
ambiente el que se encargue de esta función pudiendo asegurar la
permanencia de los dos sexos.
Para resolver el derroche de gametos y
no dejar al azar el encuentro entre éstos, aparecen las relaciones
sexuales y la posterior fecundación interna para también evitar la
pérdida o depredación de los huevos fecundados. Para que los
gametos se puedan encontrar es necesaria la búsqueda y el
acercamiento de los machos y de las hembras apareciendo así periodos
procreativos, diferencias fenotípicas a nivel sexual y un sistema de
comunicación sexual como es el cortejo. Con la invasión de la
tierra se hizo necesaria la fecundación interna que resuelve el
problema de procrear en ambientes hostiles o variables creando un
medio ambiente adecuado para el desarrollo de los gametos fecundados.
En el caso de la especie humana, con la aparición de la
bipedestación se reestructuró la pelvis con la consecuencia de que
las crías empezaron a nacer de forma más prematura y de esta manera
se alargó el periodo de cría surgiendo así el apego, vínculo
afectivo entre la cría y el principal cuidador.
Para sobrevivir uno mismo y los de su
especie es necesario el instinto de conservación individual y de la
especie. Es increíble cómo en muchas ocasiones éste último se
antepone al instinto de conservación individual como sucede con los
ratones marsupiales que se autoeliminan en beneficio de las hembras y
de su descendencia. Dentro del instinto de conservación individual,
para sobrevivir es necesario la obtención de nutrientes y la
superación de obstáculos y peligros que presenta el medio como
puede ser la competencia con otras especies, así que son necesarios
los mecanismos de cooperación y agresión para que esto se lleve a
cabo. Para que se produzca la cooperación es preciso el
reconocimiento y el acercamiento de los individuos interesados, por
tanto, es inevitable que existan señales y códigos que lo hagan
posible. Estas señales también son importantes a la hora de
establecer la comunicación sexual, mientras que en ciertas especies
animales los machos utilizan colores luminosos para atraer a las
hembras, nosotros los humanos hacemos uso de maquillaje, perfumes y
un largo etc para facilitar esta comunicación.
El gran problema de las relaciones con
acoplamiento es la necesidad de acercamiento. Hasta ahí bien. Sin
embargo, el obstáculo de este acercamiento es la agresividad
existente en mayor o menor medida en las diferentes especies para
defender su entorno y para la consecución de nutrientes. Como
ejemplos tenemos lo que sucede en el caso antes mencionado, donde los
machos son autoeliminados, o con las mantis religiosas donde el macho
es devorado por la hembra para servir de alimento a ésta en su
función procreativa.
Como consecuencia de esta agresividad
aparecen, a través de la escala evolutiva, mecanismos por parte de
los machos para supeditar el instinto de conservación individual
frente al de la especie. De esta manera los regalos nupciales se
utilizan para eludir el afán depredador de la hembra o bien para la
seducción y conquista de ésta, dependiendo de la agresividad de
cada especie y la capacidad de selección sexual. Cuando las
jerarquías no están predeterminadas, la selección sexual se impone
como forma de mejorar las combinaciones genéticas de las futuras
generaciones. Las hembras serán más accesibles cuanto mejores
regalos reciban o mayor habilidad tengan los machos para el
acercamiento. Se imponen pues, dos maneras de competición sexual: la
disputa directa por la hembra, donde sólo los más hábiles y
fuertes tendrán descendencia; y, por otro lado, la elección por
parte de la hembra del macho mejor dotado. En este punto tengo
objeciones con el autor. En el segundo tipo de competición sexual,
según mi lectura, la hembra tiene un papel pasivo donde será el
macho mejor dotado el que se relacione sexualmente con la hembra,
pero en ningún momento he visto signos de la capacidad de elección
por parte de la hembra porque si fuera así ésta también podría
elegir al macho que no estuviera mejor dotado. Centrándonos en las
relaciones sexuales de los humanos éstas tienen características
definitorias si las comparamos con las demás especies animales. En
primer lugar, la intimidad se hace necesaria para llevar a cabo el
acto sexual. Como se dijo en clase, esto será así para poder tener
los cinco sentidos puestos en la actividad, sin embargo, tal vez
también tenga algo que ver en esto el pudor. Además, el hecho de
estar solos evitaría en un pasado muy pasado que otros machos se
autoinvitaran al convite. No obstante, la característica más
importante de hecho sexual humano es la inexistencia de un periodo de
celo visible. De esta manera, la respuesta sexual de la hembra fue
igualándose a la del macho protagonizando así la revolución sexual
igualitaria. Así pues, el hecho sexual humano transciende lo
meramente procreativo al no saber cuándo la hembra está en periodo
de celo.
Aparte de lo expuesto más arriba,
donde la adopción de una posición bípeda permitió la
reestructuración de la columna vertebral y de la pelvis dando lugar
al nacimiento prematuro de las crías, la necesidad de
instrumentalización dadas las dificultades para hallar alimento
proporcionó el desarrollo del córtex. Además, al ampliar el tiempo
de contacto de las crías con la madre hizo que las posibilidades de
aprendizaje y de transmisión de conocimientos aumentaran facilitando
así el perfeccionamiento de la capacidad comunicativa verbal y no
verbal. Algunos autores teorizan que fue el contacto físico entre
las madres y las crías y la posterior necesidad de sensaciones
táctiles lo que hizo que disminuyera el vello corporal permitiendo a
la piel mayor sensibilidad. Yo añadiría que también fue decisivo
para la pérdida de éste el uso de abrigo ya que cada vez se hizo
más superflua la necesidad de que el cuerpo se dotara a sí mismo de
protección contra el frío dado que se solucionaba con aspectos del
medio. Aunque el apego permita a los nuevos seres vivos una
protección y seguridad por parte de la madre (en la mayoría de
ocasiones) tiene ciertas limitaciones. La más significativa es que
como básicamente se establece esta relación con una única persona
aparecen sentimientos de dependencia y posesión hacia esta figura
que más tarde se convertirán en celos cuando la figura de apego se
comparta.
Así el niño/a se dotará de ciertos
mecanismos cuando vea limitada su necesidad de descarga de la energía
libidinal. Cuando el niño/a no consigue atraer a su figura de apego
a través de la sonrisa ésta se acaba convirtiendo en llanto
asociando así su sed de piel con el dolor y el displacer
posibilitando en un futuro consecuencias nefastas a la hora de
relacionarse con iguales ya que habrá aprendido a establecer
relaciones impuestas. Para que esto no sucediera, sería ideal que se
dispusiera de varias figuras de apego. Aunque en el libro se muestran
las conductas y posibles problemas del niño, creo importante atender
a la concepción generalizada que los padres tienen de sus hijos.
Muchos de nosotros creemos que nuestros hijos son posesión nuestra,
una extensión de nosotros mismos y nos gustaría que ellos
consiguieran lo que nosotros no pudimos conseguir en su momento. No
entendemos al hijo como un individuo más, con sus propias
necesidades e intereses por eso creo necesario considerar que aparte
del aumento de las figuras de apego sería interesante que los padres
tomaran conciencia de esto para que ellos mismos pudieran
desvincularse de este sentimiento de posesión y facilitar de esta
manera la vinculación del hijo respecto a otras personas.
Sorprenden también en el libro las
diferentes teorías que aparecen sobre la energía libidinal. Según
Freud, todos cuando nacemos somos perversos polimorfos. Esta energía
libidinal es canalizada por la moral sexual cultural como por
ejemplo, el matrimonio heterosexual. Aun así, siempre hay energía
sobrante que al ser reprimida por la cultura da lugar a la neurosis.
Para él, las perversiones aparecen cuando uno se sale del canal de
la moral sexual de su cultura. Así pues, o somos perversos o
neuróticos. Según Reich, la sublimación de la energía sobrante es
un fraude a la naturaleza, cree que hay que revelarse y considera que
la verdadera revolución se consigue a través del orgasmo. Marcuse
acuña el término de plusrepresión que consiste en la represión
sobrante de la energía libidinal causante de la neurosis. Según él
hay que desgenitalizar la sexualidad.
En estas teorías se pone de manifiesto
el gran poder de la cultura en el moldeamiento de nuestros
comportamientos. La cultura además, es un atributo distintivo de la
humanidad. Como hemos visto, la sexualidad humana transciende lo
meramente procreador y ante el miedo de que nos pueda hacer olvidar
las principales tareas de todo ser vivo (comprar, trabajar y vuelta a
comprar), las sociedades se han dotado de morales sexuales
restrictivas para que esto no llegue a suceder. Así estas morales
sexuales tendrán unas características u otras en función de las
circunstancias ecológicas, político-económicas, demográficas…
El estudio realizado por el autor
consiste en el análisis de 66 culturas en el que se comparan
culturas no aisladas por el ecosistema y culturas aisladas por el
ecosistema donde, a grandes rasgos, se intenta ver si hay algún tipo
de relación entre este factor, la permisividad o represión sexual
junto con la importancia del papel de la mujer y cómo afecta todo
esto a la agresividad de una cultura. A modo de conclusión, las
culturas aisladas por el ecosistema donde la mujer adquiere un papel
importante en las decisiones y donde las relaciones sexuales
infantiles, prematrimoniales y extramatrimoniales no son penalizadas,
reflejan una cultura poco agresiva. De la misma manera,en las culturas no aisladas por el
ecosistema donde la sexualidad está altamente reprimida y el papel
de la mujer es secundario, por no decir inexistente, el grado de
agresividad suele ser alto.No por no comentarlas dejan de llamar
la atención las peculiaridades de las diferentes culturas. Durante
mi lectura me arrepentí en muchas ocasiones de haber nacido en una
cultura como la nuestra donde lo que prima es la genitalización y
las relaciones monogámicas. Me hace gracia que hasta el mismo Word
se asusta de palabras como genitalización. Durante mi lectura me
eché de menos información sobre el uso de métodos anticonceptivos
en las culturas liberadas sexualmente, el conocimiento de ETS, entre
otras cosas.
A continuación paso a comentar dos
hechos que me vinieron a la cabeza al leer la parte de las tribus.
Hace unos meses un amigo se fue a pasar unas semanas a la isla de
Guam, no tenía ni idea de lo que había en esa isla así que buscó
por Internet peculiaridades de allí. No salía de su asombro cuando
descubrió que en Guam existe, o existía, la figura de desvirgador.
El otro hecho es que recordé que hacía algún tiempo había visto
una película sobre la tribu samburu, en algún lugar de Kenia. El
film se titula “La masai blanca” y relata la historia de amor
entre un hombre de la tribu y una mujer europea. Al principio de la
relación aparecen pequeños obstáculos que poco a poco son
solventados como es en el momento de mantener relaciones sexuales. Él
está acostumbrado al coito por detrás sin contemplar para nada las
caricias, los besos y qué pensar del goce de ella. Poco a poco ella
le enseña su manera de relacionarse sexualmente y parece que a él
le gusta. Pero los problemas y las diferentes opiniones de cada uno
van haciendo estragos en su relación de pareja. Él no entiende por
qué ella al hablar con otros hombres les sonríe. Ella no
entiende la ablación y tampoco entiende por qué las mujeres que
tienen dificultades al dar a luz son unas “embrujadas” a las que
no se les puede ayudar hasta el punto de que si tienen que morir ella
y el niño, morirán. De nuevo vuelto a remarcar la importancia del
papel que juega la cultura en nuestras vidas.
Casi al final del libro entristece leer
las artimañas que utiliza la sociedad de consumo en la que estamos
sumidos para sacar provecho de todo, hasta del placer y de la
anticoncepción. Pero creo que más triste es aun ver que nosotros
nos dejamos, que somos partícipes de ello, que nos creemos lo que
nos cuenta y actuamos en consecuencia. Me dolió leer la frase de la
página 286 donde se afirma que los cirujanos estéticos tienen mucho
más éxito que los sexólogos. Muchas cosas deberían cambiar o,
mejor dicho, tienen que cambiar para que las relaciones humanas
fueran sinceras con su propio nombre, humanas y no interesadas y
superfluas.
El libro termina de manera
esperanzadora, aportando posibles soluciones para solventar muchos de
los problemas que provoca vivir en una cultura monogámica, posesiva,
genitalizada y celotípica donde la mujer tiene un papel secundario.
Me cuesta creer que la cosa pueda cambiar. A veces nos dan miedo los
cambios y yo creo que es por si nos gustan. No queda bien para la
imagen de uno mismo, ni de cara a los demás, cambiar de un día para
otro de opiniones. Nos tenemos que mostrar firmes y aunque no nos
hagan sentir bien ciertos esquemas mentales parece que tenemos que
defenderlos por decreto.
Sed de pieles un libro que debería
leer mucha gente, pero no creo que muchos de ellos acepten ciertas
cosas. Yo, por lo pronto, intentaré cambiar mi pequeño mundo.
La felicidad es la mejor venganza
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
¿Qué te ha parecido este texto? ¿Algún comentario?