- Lee Jones - |
Te me pierdes
penetrándome con la vista
y la animalidad
de mis percepciones.
Te me dilatas
en el útero
de mis indiscreciones.
penetrándome con la vista
y la animalidad
de mis percepciones.
Te me dilatas
en el útero
de mis indiscreciones.
En la aridez del laberinto
de mi genitalidad:
y, tal vez, convulsione
de puro placer
y delirio
y sed de piel: de tus pechos,
y tus delicias en barra.
Realizaré en mi memoria,
sin más,
la filmografía
de ti,
y la sensualidad de tu anatomía;
y la coreografía
con que cada día me momificas;
cada jornada añil roída
por mi parálisis ante tu cuerpo.
{La respiración se entrecorta,
los demás sentidos se deprivan}.
Esta hipnosis lunar y vampírica
en que las palabras se metarfosean
en fascinación;
en que el deseo
es una pequeña muerte
feroz,
precoz
y prematura.
En que me observas desde la lejanía
de tus movimientos:
tan fluida en tu premura;
y tan diluida en mis gramos de dopamina,
y mi proceso de zombificación
ante tu presencia.
republicado de el útero de bluttie kat
citando a otro:
ResponEliminaPorque garabatea insensatamente palabras en la arena.
Y no sabe si sabe o si no sabe.
Y asiste al espectáculo de la belleza como al vivo cuerpo de Dios.
Y dice las palabras que lee sobre los cielos, las palabras que se le ocurren,
a sabiendas de que en Dios tienen sentido.
Y porque asiste al espectáculo de su vida afligidamente.
Porque está en las manos de Dios y no conoce sino el pecado.
Y porque sabe que Dios vendrá a recogerle un día detrás del laberinto.
Buscando al más pequeño de sus hijos perdido olvidado en el parque.
Y porque sabe que Dios es también el horror y el vacío del mundo.
Y la plenitud cristalina del mundo.
Y porque Dios está erguido en el cuerpo luminoso de la verdad como en el cuerpo sombrío de la mentira.
Dejadlo vivo
para siempre.