Quiero ser ese alambique que descubra
la idea original de cada ser,
el motor de su alegría,
lo que le mueve el piso,
lo que le saca la rabia,
por lo que daría la vida;
y entonces encontrar la mejor manera
de ofrecer mi corazón y mis manos
para la lucha cotidiana,
para la rebeldía silenciosa y la insurrecta.
Ofreces tu sonrisa irresistible, tu mirada picara y profunda, tu canto apasionado, tu anarco paso por la vida...la promesa y el intento de un mundo patas abajo, en vista de que el mundo patas arriba no nos ha dado muchos resultados. Quemas con tu fuego dragón.
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